a sus espaldas, si quería dar algún consejo a aquel principiante entusiasta. Él me contestó: «Cuando tengas que exponer los argumentos de alguien que no está de acuerdo contigo, imagina que tu oponente está sentado en la primera fila. Expón su posición de modo que él tenga ganas de saltar de la silla y decir, “¡Sí, eso es lo que yo creo!”. Y entonces muestra los errores de su posición». Aquel buen consejo que Ryrie me dio para en el aula, también sirve para el púlpito. No es honesto presentar una
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